El poder del bullying
Vienen a mi mente varias vivencias difíciles que han marcado mi vida, pero sin duda hay una de ellas que me marcó profundamente a muy temprana edad. A mis nueve años cuando solo pensaba en jugar y divertirme, me encontraba al cuidado de mi abuela, inesperadamente murió dejando un gran vacío en mí y después de su partida surgieron muchos cambios en mi vida para los cuales no estaba preparada. No entendía que estaba pasando pero repentinamente empecé a ser blanco de ofensas y provocaciones constantes tanto en el colegio como en el lugar donde vivía por parte de niñas, la mayoría mucho mayores que yo, traté de defenderme sola pero creo que eso empeoró la situación, no recurrí a nadie y eso permitió que me agredieran física y psicológicamente, aguanté bastante la presión, me defendí, las ignoré pero definitivamente mi autoestima se estaba viendo claramente afectada, estaba siendo víctima delo que llaman hoy bullying pero que en ese tiempo no le prestaban la menor atención.
Apodos, chismes, empujones, burlas constantes, la crueldad no tenía limite, dejé pasar mucho tiempo en silencio pero internamente se había convertido en un infierno para mí salir de mi casa e ir al colegio, un día en el colegio antes de subir a la ruta me rodeó un grupo muy grande de niñas, me empujaban y decían cosas, yo trataba de defenderme con la mayor dignidad posible como siempre, levanté la mirada y nunca había visto tanta gente alrededor disfrutando lo que me estaban haciendo, en ese momento sufrí una crisis nerviosa, ya no podía hablar empecé a temblar incontroladamente y medió un tic, nunca en mi vida me había sentido tan vulnerable, me sentí derrotada, por fin les había dado el gusto de verme reducida a mi más mínima expresión, me subí a la ruta y no lograba recuperar el control sobre mi misma, en ese momento sentí que había perdido lo único que me mantenía en pie hasta ese momento, "a mí misma", la inseguridad se apoderó de mí y empecé a verme tras el lente sesgado que me habían impuesto, me corté el pelo como un niño y trataba de llamar lo menos posible la atención porque entraba en pánico, finalmente mi nueva actitud derrotada y el perfil bajo que estaba manejando hicieron que dejara de ser una rival para ellas y el bullying se acabó, pero dejó profundas secuelas en mi mente, mi cuerpo y mis emociones.
Recuperarme a mí misma no fue nada fácil, llevó tiempo y mucho esfuerzo, y en algunas circunstancias de mi vida esa niña derrotada y vulnerable surge de nuevo.
Aprendí la importancia de recurrir a otros, en mi caso esta situación creó un vínculo muy fuerte con mi mamá, también aprendía a perdonarme y a permitirme sentir miedo y frustración sin evitarlo, por el contrario tratando de entender porque y para qué están allí, ¿que vienen a enseñarme? , y por último y nada fácil aprendí a perdonar a estas niñas y a recuperar la confianza en los demás.
Diana Alvarado
Psicología
Apodos, chismes, empujones, burlas constantes, la crueldad no tenía limite, dejé pasar mucho tiempo en silencio pero internamente se había convertido en un infierno para mí salir de mi casa e ir al colegio, un día en el colegio antes de subir a la ruta me rodeó un grupo muy grande de niñas, me empujaban y decían cosas, yo trataba de defenderme con la mayor dignidad posible como siempre, levanté la mirada y nunca había visto tanta gente alrededor disfrutando lo que me estaban haciendo, en ese momento sufrí una crisis nerviosa, ya no podía hablar empecé a temblar incontroladamente y medió un tic, nunca en mi vida me había sentido tan vulnerable, me sentí derrotada, por fin les había dado el gusto de verme reducida a mi más mínima expresión, me subí a la ruta y no lograba recuperar el control sobre mi misma, en ese momento sentí que había perdido lo único que me mantenía en pie hasta ese momento, "a mí misma", la inseguridad se apoderó de mí y empecé a verme tras el lente sesgado que me habían impuesto, me corté el pelo como un niño y trataba de llamar lo menos posible la atención porque entraba en pánico, finalmente mi nueva actitud derrotada y el perfil bajo que estaba manejando hicieron que dejara de ser una rival para ellas y el bullying se acabó, pero dejó profundas secuelas en mi mente, mi cuerpo y mis emociones.
Recuperarme a mí misma no fue nada fácil, llevó tiempo y mucho esfuerzo, y en algunas circunstancias de mi vida esa niña derrotada y vulnerable surge de nuevo.
Aprendí la importancia de recurrir a otros, en mi caso esta situación creó un vínculo muy fuerte con mi mamá, también aprendía a perdonarme y a permitirme sentir miedo y frustración sin evitarlo, por el contrario tratando de entender porque y para qué están allí, ¿que vienen a enseñarme? , y por último y nada fácil aprendí a perdonar a estas niñas y a recuperar la confianza en los demás.
Diana Alvarado
Psicología
Escríbenos a: [email protected]